¿Por qué mi hijo hace muchos berrinches?

Cuando el cuerpo grita lo que el corazón calla
Si estás leyendo esto porque tu hijo grita, lanza cosas o se enoja por “todo”, quiero que sepas algo antes de continuar: no estás solo y no eres un mal papá ni una mala mamá. Las rabietas no son un capricho ni un mal hábito: son la forma que tiene tu hijo de decirte que algo le está costando más de lo que puede manejar.
1. No es manipulación, es des-re-gu-la-ción
Muchos papás piensan que sus hijos hacen berrinche para salirse con la suya, pero la realidad es otra. El cerebro de un niño todavía está “en construcción” por así decirlo. Las áreas que controlan la impulsividad y la empatía se desarrollan ya bien entrada la adolescencia. Mientras tanto, sentir emociones grandes en cuerpos pequeños puede resultar abrumador.
Un niño que se desborda no está actuando con maldad, solo está desregulado emocionalmente: su cuerpo se siente demasiado lleno de algo, ya sea enojo, miedo, frustración o cansancio, y no tiene aún las palabras ni los recursos para sacarlo de otra forma. Esto no significa que todo se le deba permitir, pero sí que necesita ayuda para aprender a calmarse.
2. ¿Qué puede estar provocando tantos berrinches
Hay muchas cosas que pueden hacer que un niño explote más seguido. Aquí te dejo algunas señales comunes que puedes observar:
Posibles causas | Lo que podrías notar |
Cansancio o hambre | Llora fácilmente, está irritable sin una razón clara, tiene explosiones al final del día, puede haber llanto al posponer la cena. |
Cambios recientes (escuela, mudanza) | Existe un apego excesivo, es más sensible y demandante. |
Ansiedad o miedo | Irritabilidad sin motivo aparente, apego excesivo. Se queja del estómago y duerme mal. |
Tiene hipersensibilidad (ruido, ropa, luz) | Se tapa los oídos, se arranca la ropa, se pone nervioso sin motivo aparente |
Ver cuándo y dónde se dan los berrinches te puede dar pistas de lo que hay detrás.
3. El mito de “es que no tiene límites”
Seguro has escuchado que la solución es “mano dura” o castigos más severos. La realidad que veo en consulta es totalmente distinta: cuando un niño no sabe cómo manejar lo que siente, gritarle más no resuelve nada, solo lo asusta o lo confunde. No se trata de quitar los límites, sino de darlos con amor y firmeza a la vez. Un buen límite no humilla ni castiga: contiene, explica y enseña.
4. ¿Qué puedes hacer en casa cuando hace berrinche?
Aquí te dejo algunas ideas para que acompañes esos momentos difíciles con más calma:
- Ponle nombre a lo que siente: “Veo que estás muy enojado. Vamos a buscar una forma segura de sacarlo.”
- Baja el volumen ambiental: a veces, apagar la televisión o apartarse del ruido reduce la intensidad. Menos estímulos ayudan a calmar.
- Ofrece formas seguras de sacar la emoción: almohada para golpear, plastilina para aplastar, respiraciones “de dragón” (inhalar por la nariz, exhalar lento por la boca manteniendo los labios fruncidos en forma de “O”).
- Cuida tu tono: tu sistema nervioso es un “Wi-Fi emocional”; si tú mismo te regulas, él niño se sincronizará. Tu forma de hablar también le dice “estás seguro, vamos a resolver esto juntos”.
- Hablen después, no en medio del berrinche: cuando todo pase, nombra lo que ocurrió y enséñale una mejor forma de hacerlo la próxima vez.
5. ¿Cuándo es momento de pedir ayuda profesional?
Considera agendar una valoración si:
- Las explosiones son muy frecuentes (varias veces por semana) o duran más de 20 min.
- La agresión se dirige a sí mismo u otros (golpes, mordidas, amenazas).
- Observas retrocesos en el sueño, la alimentación o el desempeño escolar.
- Tu propia paciencia está llegando a su límite y temes actuar desde el enojo.
En esos casos, la psicoterapia infantil puede ser una herramienta amorosa y efectiva. Un espacio donde tu hijo aprenda a entender lo que siente, y tú también tengas un lugar para aprender a acompañarlo sin sentir que estás fallando.
Cierro el círculo contigo
Nadie nos enseña a navegar la rabia ajena cuando estamos agotados. Aun así, cada berrinche es una oportunidad para enseñarle a tu hijo que sus emociones tienen un lugar y un lenguaje. No necesitas ser un padre perfecto; necesitas ser un refugio confiable mientras él aprende a ser refugio de sí mismo.
Si crees que tu hijo necesita apoyo, o tú necesitas orientación para acompañarlo mejor, estoy aquí para ti. En Habitar(se) ofrezco psicoterapia infantil y acompañamiento parental de forma presencial en Monterrey, Nuevo León y en línea para el resto de México. Haz clic [aquí] para agendar o escríbeme directo por WhatsApp; será un gusto caminar juntos hacia un hogar más calmado y consciente.
Con abrazo y presencia,
-Robbie De La Garza